Preguntas frecuentes sobre limpieza y deshollinado de chimeneas

El precio de limpiar una chimenea suele oscilar, de forma orientativa, entre 60 y 120 euros. El coste final depende de varios factores:

• Tipo de chimenea (leña, cassette, estufa, insertable, etc.).
• Altura y accesibilidad del conducto.
• Nivel de suciedad y tiempo desde la última limpieza.
• Si es necesario acceder al tejado o se puede trabajar desde el interior.

Lo más habitual es que una chimenea estándar de vivienda unifamiliar entre en la parte baja o media de ese rango de precios, siempre que no haya atascos ni daños estructurales.

Si hablamos de un coste medio, muchas empresas se mueven alrededor de los 80–100 euros por una limpieza con deshollinado incluido.
Ese precio suele cubrir:

• Inspección visual del hogar y el conducto.
• Protección de la zona de trabajo para no manchar.
• Deshollinado mecánico con cepillos y varillas.
• Limpieza básica de la zona y retirada de residuos.

En casos especiales (chimeneas muy altas, accesos complicados, varios codos, muchos años sin limpiar, etc.) el presupuesto puede subir, pero siempre debería explicarse el motivo antes de empezar el trabajo.

En resumen, se puede decir que limpiar una chimenea suele costar:

• 60–80 € en chimeneas sencillas y con poco uso.
• 80–120 € en chimeneas estándar de uso habitual.
• Más de 120 € en instalaciones muy sucias, altas o complejas.

Ten en cuenta que se trata de cifras orientativas y que cada profesional puede tener sus propias tarifas. Lo importante es que se trate de un servicio profesional de deshollinado, no solo pasar un cepillo “por encima”.

Un desatasco de chimenea suele ser algo más caro que una limpieza normal, porque requiere más tiempo y, a veces, herramientas específicas.
De forma orientativa, puede situarse entre 80 y 150 euros, dependiendo de:

• La causa del atasco (nidos, objetos, derrumbes, creosota muy compacta, etc.).
• La accesibilidad del tramo afectado.
• Si es necesario trabajar desde tejado, chimenera o sólo desde el hogar.

En cualquier caso, un atasco no debe ignorarse:
reduce el tiro y aumenta el riesgo de humo dentro de la vivienda y de incendio.

El tiempo medio para limpiar y deshollinar una chimenea suele estar entre 30 y 60 minutos. En chimeneas muy sucias, con varios codos o accesos complicados, el trabajo puede alargarse hasta una hora y media.

Normalmente el proceso incluye: proteger la zona, limpiar el conducto con cepillos y varillas, aspirar restos y hacer una revisión final del tiro. En la mayoría de hogares se hace todo en una sola visita.

Hay varias señales de que el tiro de la chimenea puede estar sucio o parcialmente obstruido:

• El humo tiende a volver hacia el interior en lugar de subir con facilidad.
• Notas olor a quemado fuerte incluso cuando el fuego es pequeño.
• Ves mucho hollín pegado en la parte alta del hogar.
• La llama se ve “perezosa” y el fuego cuesta mantenerlo.

Si observas uno o varios de estos síntomas, es muy probable que el conducto necesite una limpieza y deshollinado profesional.

Como norma general, una chimenea debería deshollinarse al menos una vez al año si se usa cada invierno. Además, conviene deshollinar cuando:

• Hace más de un año que no se limpia.
• Se ha usado mucha leña blanda (pino, maderas resinosas, etc.).
• Notas humo, olor fuerte o chispas que saltan hacia el salón.
• Ves capas de hollín o creosota brillantes, duras o muy adheridas.

Ante la duda, es mejor revisar y deshollinar que esperar a tener un problema de incendio o de humo dentro de la vivienda.

No limpiar la chimenea de forma periódica tiene varias consecuencias:

• Acumulación de creosota, una sustancia muy inflamable.
• Mayor riesgo de incendio dentro del conducto o en el tejado.
• Humo y gases que pueden volver al interior de la vivienda.
• Peor rendimiento: se gasta más leña para obtener el mismo calor.

Una limpieza anual es mucho más económica y segura que solucionar un incendio o un problema serio de humo en casa.

Los productos limpia chimeneas que se venden en supermercados suelen tener un precio aproximado de entre 3 y 5 euros por unidad.
Suelen presentarse en forma de troncos, bolsitas o productos que se queman para ayudar a soltar algo de hollín.

Pueden ser un complemento puntual, pero es importante entender que no sustituyen un deshollinado profesional, especialmente cuando hay creosota dura o mucha acumulación de residuos en el conducto.

Hay quien recomienda quemar ciertos tipos de leña “para limpiar la chimenea”, pero en la práctica la leña no deshollina el conducto. Lo que sí puede hacer es:

• Secar algo de humedad en el interior.
• Soltar pequeñas partículas de hollín suelto.

Sin embargo, la creosota adherida y las capas de suciedad más peligrosas solo se eliminan correctamente con cepillos, varillas y herramientas específicas.
Por tanto, la leña puede ayudar como uso normal, pero no es una limpieza en sí misma.

Para eliminar el hollín de la parte visible del hogar (paredes interiores, repisas, etc.)
puedes usar:

• Cepillos de mano y recogedores.
• Aspiradores aptos para cenizas frías.
• Productos desengrasantes específicos para chimeneas.

Pero para limpiar el conducto interior de forma segura y profunda, lo más recomendable es un deshollinado profesional, que llega a todo el recorrido del tubo y comprueba el estado general de la instalación.

El profesional que se encarga de limpiar y deshollinar chimeneas se conoce como deshollinador. En muchos casos también se le llama técnico de limpieza de chimeneas o especialista en mantenimiento de chimeneas y estufas.

Su trabajo no es solo pasar un cepillo: también revisa el estado del conducto, comprueba el tiro y puede detectar problemas de seguridad antes de que se conviertan en un riesgo real.